Los trámites legales para establecer la situación jurídica de adoptabilidad de un menor demoran hasta un año. A este plazo se suma el proceso de adopción que puede llegar a dos. En este tiempo se les resta posibilidades a los niños y niñas para ser adoptados porque la mayor demanda es de recién nacidos hasta los cuatro años.
Existen situaciones excepcionales, una de ellas es la de José Perez. Tenía 9 años la primera vez que fue entregado a una familia en la etapa de preadopción, no logró adaptarse a su nuevo hogar y un Juzgado de la Niñez y Adolescencia determinó su regreso al centro, donde siempre había vivido. La segunda oportunidad, un año después, pasó lo mismo, decía que extrañaba a sus "hermanos" y su "casa". Fue la directora del centro donde se albergaba quien lo adoptó junto a dos niños, de 9 y 7 años.
En el departamento existen 2.710 niños, niñas y adolescentes institucionalizados en 50 centros de acogida administrados por el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de la Gobernación de Cochabamba. La mayoría de los menores tiene entre 10 y 18 años.
En lo que va del año, el Sedeges hizo llegar a los tres juzgados de la niñez y de la adolescencia de Cochabamba una lista con 59 nombres de niños que ya cuentan con su situación legal de adoptabilidad definida. Tienen entre 0 a 12 años.
RUTA CRÍTICA Fruto de un esfuerzo interinstitucional se elaboró una ruta crítica con 10 pasos para facilitar el trámite de adopción a los postulantes.
UNO El primer paso es enviar una carta al Sedeges, donde se indique el interés de adoptar a un niño. La responsable de adopciones de la institución, Marcela Serrano, explica que pueden especificar el sexo y la edad.
DOS Los interesados deben asistir a los talleres preadoptivos. Son tres días a la semana, de 16.00 a 20.00 horas. En las reuniones les capacitan acerca de lo que significa la adopción, tanto emotiva como legalmente. Reciben información del proceso judicial que deben encarar y conocen experiencias de los padres adoptivos. Estos encuentros se realizan cada dos meses.
TRES El Sedeges asigna a los interesados un equipo técnico integrado por un psicólogo o trabajador social y un médico para las valoraciones correspondientes. Los profesionales son quienes establecen las fechas para realizar las valoraciones. Ellos emiten los informes psicosociales, médicos y el certificado de idoneidad. Durante un mes realizan entrevistas y visitan a los domicilios para conocer cuáles son las condiciones en las que viven los postulantes.
Además, deben entregar otros documentos: certificado de matrimonio o de soltería; certificado de nacimiento; fotocopia de carnet de identidad; Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP) y certificado domiciliario.
CUATRO Concluidas las valoraciones establecidas y con los demás documentos, los demandantes pueden presentar una demanda de adopción nacional ante un Juzgado de la Niñez y Adolescencia.
CINCO La jueza de niñez y adolescencia Silvia Melgarejo señala que una vez conocida la causa, procede a verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos notifica al Sedeges para que les remitan las certificaciones e informes de los futuros padres adoptivos.
En caso de que haya observaciones en los informes existe la posibilidad de que sean subsanados. Si la valoración psicológica, por ejemplo, advierte algún factor que precise ser mejorado por parte del solicitante, se lo deriva a terapia psicológica y con su resultado se dispondrá que el Sedeges emita el certificado de idoneidad, si correspondiera.
SEIS Con el cumplimiento de los requisitos por la parte demandante, se notifica a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia para que identifique a los menores en situación de adoptabilidad.
SIETE Melgarejo dice que después se admite la demanda y se dispone la preasignación a una niña, niño o adolescente. Se autoriza a los posibles padres adoptivos a visitar a los menores durante siete días con el acompañamiento de un equipo del Sedeges. En caso de que el informe sea desfavorable se dará́ por concluido el trámite, aunque la resolución puede ser impugnada dentro los tres días siguientes. En caso de que sea positivo, se señalará la audiencia para establecer un periodo preadoptivo.
OCHO Durante el periodo preadoptivo, los juzgados otorgan la guarda provisional para que tengan un tiempo de convivencia de dos meses. El equipo psicosocial del juzgado realiza el seguimiento para elaborar un informe final.
NUEVE Posteriormente, el juzgado señala día y hora para una audiencia de ratificación y sentencia, donde se dará lectura de los antecedentes de la solicitud de adopción y de los informes y gestiones realizadas. Es el momento de oír a la niña, niño o adolescente si ya sabe hablar.
En la oportunidad, los beneficiados son informados sobre los efectos jurídicos de la adopción.
La sentencia dispone la inscripción de la niña, niño o adolescente adoptado en el Servicio de Registro Cívico (Sereci) como hija o hijo de los adoptantes, en un plazo máximo de 48 horas.
DIEZ Un equipo del Sedeges tiene la responsabilidad de realizar el seguimiento postadoptivo. Tiene que enviar informes semestrales a los juzgados durante dos años.
Datos
¿Quiénes pueden adoptar?
Pueden adoptar las personas que tengan al menos 25 años de edad. En el caso de las parejas casadas o en unión libre, por lo menos uno debe tener menos de 55 años.
Tienen que gozar de buena salud física y mental, acreditada mediante certificado médico y evaluación psicológica otorgado por un equipo del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).
¿Quiénes pueden ser adoptados?
Los niños y niñas de nacionalidad boliviana.
Tienen que tener menos de 18 años a la fecha de la demanda de adopción salvo si ya estuviera bajo guarda de los adoptantes. Deben contar con la resolución judicial sobre la extinción de la autoridad de las madres o padres sobre la filiación judicial.
Derechos
La madre, el padre o ambos adoptantes deben hacer conocer a la hija o hijo adoptivo, de acuerdo a la madurez de la niña, niño o adolescente, su condición de adoptado. Los menores al cumplir la mayoría de edad tienen derecho a conocer los antecedentes de su adopción y las referencias de su familia de origen.
“Muchos no son adoptables”
El principal obstáculo en el proceso de adopción es la poca cantidad de menores con situación legal definida. La responsable de Adopciones del Sedeges, Marcela Serrano, explica que es indispensable contar con la resolución de un juzgado de niñez y adolescencia de extinción de autoridad materna o paterna. Estos procesos se realizan cuando el niño tiene padres o algún familiar. Muchos fueron rescatados de sus hogares porque eran víctimas de maltrato de sus progenitores, quienes ahora se someten a rehabilitación, por ejemplo.
Las situaciones más comunes son de padres que “han desaparecido”. En estos casos, el proceso debe realizarse mediante la publicación de edictos. Esto encarece y prolonga el trámite judicial. En caso de los niños abandonados sin ningún parentesco se procede a la filiación judicial para que cuente con certificado de nacimiento.
“Tenemos que estar preparados para muchas preguntas difíciles”
La familia Green decidió adoptar a un hijo hace 19 años. En ese entonces el trámite le demoró cerca de un año. Celia Jordán, la madre, dice que “valió la pena cada día de espera”. Cuatro años después adoptó a una niña. Más su hijo mayor son cinco los integrantes de su hogar.
En ambos casos los niños tenían menos de un año. Desde que llegaron a casa fueron familiarizados con la palabra adopción, padres biológicos y padres de corazón.
Celia asegura que para guiar una familia es fundamental tener paciencia, tolerancia y comprensión. En las situaciones donde hay niños adoptados, además, es necesario tener fortaleza porque hay que educar y formar a niños que han estado en situación de abandono. “No podemos borrar eso”.
Dice que el acompañamiento debe ser constante para hacer saber a los niños y adolescentes que si bien no son sus hijos biológicos, son los niños y niñas de sus corazones.
Aconseja prepararse con ayuda de otros padres y de psicólogos para encarar “sin miedo” todas las dudas de los chicos. Es posible que en la adolescencia sufran alguna crisis de identidad y se cuestionen sobre la razón de su abandono o quieran buscar sus raíces. En esos momentos es fundamental la comprensión. “Vamos a cubrir el vacío de amor, pero hay que respetar su identidad”.
Es importante decirles la verdad, Celia recuerda que poco a poco fue respondiendo a cada una de las preguntas de sus hijos. Con el paso de los años fueron más difíciles, pero siempre recibieron la respuesta. “De otra manera hay incertidumbre”.
La madre es la representante de las familias adoptivas y promueve reuniones periódicas para apoyarse en el camino. También motiva a los postulantes para que encaren con responsabilidad el nuevo rol que quieren asumir.
Si bien cuestiona la demora del proceso, explica que el tiempo puede servir para la preparación de los futuros padres. “Es lo mismo que en un embarazo biológico, en nueve meses debe aprenderse mucho sobre maternidad”.
Hay que hablarles con la verdad y según la edad
Ruth Vargas
Psicóloga
Debemos de tomar en cuenta que la adopción trae consigo derechos y obligaciones tanto para los futuros padres como para los niños que van a integrar el nuevo hogar.
Quienes deseen adoptar un hijo deben tomar en cuenta que el niño viene de diferentes círculos familiares. Muchos fueron abandonados por distintas circunstancias o son huérfanos.
Hay que tener claro que, así como una mujer se prepara para tener un hijo biológico, de la misma manera tiene que prepararse para tener un hijo adoptado.
Es fundamental tener decisión y seguridad para dar ese paso tan importante en la vida.
Adoptar un niño no es una decisión que se toma de un momento, por eso, hay que meditarlo, prepararse, estar preparado para querer y amar a un niño que no tiene lazos de consanguinidad, a este punto se incorpora el amarlo, protegerlo, cuidarlo, y, sobre todo, respetar sus orígenes.
El padre o madre que desea adoptar debe estar preparado psicológicamente y su familia. Lo mismo debe suceder con el niño que va a ser adoptado, dependiendo de la edad que tenga.
La educación de los niños adoptados debe ser la misma que se le da a los biológicos.
Tienen que participar y compartir junto al hijo, pero, sobre todo, fomentar la comunicación.
Hay que hablarles con la verdad porque el menor adoptado está en todo su derecho de conocer su origen.
Es importante el diálogo claro y de acuerdo a la edad que tenga el niño o la niña. De otra manera se corre el riesgo de que se enteren de su origen por terceras fuentes y que les cause traumas sobre su identidad.
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