Una tragedia en la que falleció una adolescente a causa de un accidente de tránsito y que tuvo como principal responsable a un menor de 17 años que estaba bajo los efectos del alcohol, puso en debate la emisión de los permisos de conducir que otorga el Servicio General de Identificación Personal (SEGIP).
No obstante el suceso sacó a la luz las debilidades y contradicciones que enfrentan las instituciones para regular la conducción de menores de 18 años. Los problemas según las autoridades del Segip y de Tránsito van desde los mismos padres de familia que facilitan sus motorizados a sus hijos sin contar con una licencia, hasta los chanchullos para conseguir los exámenes prácticos o médicos a fin de agilizar el trámite. No se quedan al margen las carreras clandestinas que son un secreto a voces para la sociedad y las autoridades.
Solo el 2% de las licencias emitidas se da a menores. La directora regional del Segip en Santa Cruz, Roxana Ibarnegaray, afirma que solo el 2% de los permisos que emite esta instancia, corresponden a permisos especiales para menores de edad (categoría E).
Según explica, los mismos solo tienen una vigencia de tres meses, con la posibilidad de renovarse seis veces y el transporte debe realizarse solo en vehículos livianos.
Asimismo, la autoridad afirmó que las mismas son emitidas previo cumplimiento de requisitos establecidos por la institución (exámenes de la vista, oído, conducción etc.) además de una carta notariada de los padres en la que justifican la solicitud y se comprometen a correr con las responsabilidades que pueda derivar ante accidentes o sucesos similares.
Sin embargo, la otra cara de la moneda indica todo lo contrario. De acuerdo con la Unidad Operativa de Tránsito, casi el 90% de los accidentes e incidentes de tránsito que involucran a menores de edad tienen como denominador común la ausencia de un permiso de conducir y la excusa de padres e hijos que salieron a hacer una diligencia temporal.
Si bien en Tránsito reconocen que en los últimos dos años solo se han registrado dos accidentes graves con muerte; con esto no se desentiende de los riesgos y problemas que deriva el alto índice de menores al volante.
"Vivimos en una ciudad desarrollada y con un alto tráfico, donde un vehículo no es un lujo sino una necesidad. Las normas establecen una regulación sobre este aspecto, porque hay un padre que se debe hacer responsable de los actos de su hijo en el volante, y un menor de 16 años es imputable. Pero más allá de asumir daños, debe haber una conciencia y un mejor control de los padres sobre lo que hacen sus pupilos", señala el comandante de Tránsito, Luis Carlos Chumacero.
Hay contradicciones en las normas. Precisamente la directora del Segip señaló que uno de los motivos por los que se ideó otorgar permisos especiales a menores de edad era por la emisión clandestina de licencias que había detectado esta instancia y que según señaló se prestaba a hechos irregulares como la venta ilegal de licencias o alteración de trámites de los menores para acceder a este documento de identidad.
Cabe destacar que en el artículo 316 del Código de Tránsito que se refiere a las autorizaciones provisionales y permisos oficiales para conducir, establece como primer requisito tener 18 años cumplidos para acceder a un brevet.
A esto se suma que los menores de edad que tramitan su permiso temporal para conducir tampoco tienen un trato especial en las divisiones del Segip ni las instancias encargadas de hacer los estudios y evaluaciones para las pruebas.
De acuerdo con los datos que maneja el Segip, solo el 35% de los menores que solicitan el permiso para conducir se somete a las pruebas obligatorias.
Como ejemplo se conoce que 106, de los 534 adolescentes que se postularon para acceder a este documento, acudieron a los cursos de capacitación y exámenes que realiza el Organismo Operativo de Tránsito para certificar su capacidad para conducir.
Asimismo, 172 menores de los más de los 1.500 permisos emitidos en 2014 fueron renovados este trimestre del año.
En este sentido y para mejorar la calidad de atención, la instancia de registro afirma que ha descentralizado las evaluaciones técnicas y médicas a ocho centros de salud y ocho autoescuelas para realizar las pruebas médicas y exámenes de conducir a la población en general.
Dicha situación es cuestionada por ciudadanos y expertos que observan y sugieren mayor rigidez en los requisitos para emitir las licencias especiales.
Una de estas observaciones es el requisito que exige que los padres de familia deben justificar la solicitud para que su hijo pueda conducir un vehículo, sin embargo la licencia está abierta para libre circulación y además no tiene horarios.
"Creo que hay aspectos que deben replantearse y ser analizados tanto por los padres de familia como por las autoridades. No tiene sentido pedir una carta justificando el uso de la licencia cuando el menor puede ir donde quiera y a la hora que quiera", señaló Eliana Carrasco, una de las ciudadanas que sugiere reconsiderar el otorgamiento de licencias a menores.
Entre tanto las autoridades consultadas afirman que el problema debe ser analizado por los padres de familia quienes según sugieren deben ser responsables al momento de dar estos beneficios a sus hijos.
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