Las autoridades municipales elaboran un documento para reglamentar el funcionamiento de las piscinas y saunas que hay en la ciudad, que por estas fechas comienzan los trámites para adquirir sus licencias de funcionamiento correspondientes a la presente gestión. Pronto los balnearios estarán colmados de bañistas y es necesario velar por su salud. Para ello verifican las condiciones del agua y las medidas de seguridad que deben tomar en cuenta los balnearios.
Las licencias las emite el SER. La Secretaría de Recaudaciones y Patentes del municipio cruceño, comienza a recepcionar solicitudes de inspección. Es aquí cuando el municipio desplaza profesionales de seguridad y laboratoristas, que evalúan todos los rincones de estos lugares. Se verifica desde las exigencias mínimas.
"Los bomberos inspeccionan que tengan salvavidas, instalaciones eléctricas adecuadas. Botiquines de emergencia, planes de contingencia y seguros que cubran daños a los visitantes", menciona a grandes rasgos Roxney Borda, director de la Unidad de Emergencia de los bomberos municipales. "Dentro de la piscina verificamos la profundidad y que hayan letreros que informen el dato para las piscinas de adultos y de niños", además se estudia el sistema eléctrico de las piscinas que tienen luz en su interior. "Los rescatistas se manejan en función al tamaño de la piscina, pero se estima que debe haber, por lo menos, un salva vidas cada 10 metros".
Controlan la calidad del agua. "Debe tener un PH balanceado para evitar que se irriten los ojos o piel de los bañistas", comenta Mireya Suárez, profesional que trabaja en los laboratorios municipales. “Tomamos muestras para ver los niveles de cloro, aluminio y otros elementos que necesitan las piscinas para mantener su agua limpia y purificada".
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